«Cuando podemos vernos y aceptarnos a nosotros mismos como realmente somos, construimos la base necesaria para el amor propio (…) El que aprendamos a amarnos a nosotros mismos y a los demás, dependerá de la presencia de un entorno amoroso. El amor propio no puede florecer de forma aislada»
Rescato esta cita del libro TODO SOBRE EL AMOR de la escritora afrofeminista bell hooks, para poner el foco en la importancia de crear entornos amorosos para reparar la desconexión con la vida. Una desconexión provocada por los traumas o circunstancias negativas de nuestras historias. Como psicóloga, sexóloga y especialista en trauma, durante mi diverso aprendizaje -no solo por todos los <títulos> que poseo -, me di cuenta en mis propias carnes, lo transformador que es sentirse amada, respetada, validada y escuchada en el contexto terapéutico. Para muchas personas de a pie y profesionales, sigue sonando raro, fuera de lugar e incluso contraproducente. Para mí y miles de personas, sentimos y vemos el amor, como el eje central de nuestra especie. Y por supuesto, de nuestra transformación.
Llevo más de 10 años en el camino del crecimiento y desarrollo personal, y atravesando el septenio como acompañante de procesos personales. Mi trayectoria me ha hecho replantearme una y otra vez CÓMO ACOMPAÑAR. Y ese cómo acaba en el mismo sitio una y otra vez: con PRESENCIA AMOROSA. Constantemente reafirmo que sin esta cualidad -totalmente entrenable-, las técnicas y métodos se quedan a medias, no cuajan y no ocurre el maravilloso suceso de integrar la nueva imagen o, la resolución del pasado en este presente. El amor sana el corazón, como dice Alex Serra en la canción Sana Corazón de su último disco Trance Life. Sé que definir el amor puede resultar complejo según la cultura y el contexto social en el que habitemos. Sin embargo, si nos fijamos en la práctica, ir a una aproximación de una definición sana sería, entender el amor como una acción o, serie de acciones, de nutrir el propio ser y el de las demás personas. Acciones de cuidados, escucha, comunicación, apoyo, respeto y afectividad. Según bell hooks, “para amar de verdad, tenemos que aprender a combinar varios elementos: cuidado, afecto, reconocimiento, respeto, compromiso y confianza, amén de una comunicación clara y sincera.” Muy alejado del amor romántico que nos han contado, o mejor dicho, vendido. Por esto, y muchos otros motivos, siento la imperiosa necesidad de recordar tantas veces haga falta, la función del amor dentro y fuera de terapia. Acompañar y dar recursos a quienes acuden al espacio terapéutico, ya sea individual o en grupo, con amor, amabilidad y compasión, hace del sufrimiento un camino de toma de conciencia y despertar. Sumando a una creación de relaciones auténticas.
Con estos aspectos las consecuencias del trauma progresivamente van desapareciendo y la fuente de sufrimiento pierde fuerza. Por eso pienso que quienes nos dedicamos a acompañar, tenemos la responsabilidad de integrar estas cualidades. Sanar no pasa por la mente y la palabra, se da cuando somos capaces de sentir en cada célula de nuestro cuerpo, el poder de la amabilidad y la compasión. Además de poder guiar a nuestros cuerpos y al de nuestras terapiadxs a experiencias agradables de placer, diversión y gozo para liberar las cargas traumáticas, dolorosas y desagradables.a través de diferentes vías: la respiración, el movimiento, el tacto y la voz. Vías que nos llevan a caminar hacia la conexión con la vida. Porque de esto se trata acompañar para mí: CONECTAR CON LA ALEGRÍA DE VIVIR.
Si quieres unirte a la nueva manera de acompañar, apúntate a mi newsletter para estar al tanto de la 2ª edición de [Acompañar con Amabilidad] que tendrá lugar en enero y febrero del 2024. Un espacio de aprendizaje e indagación para psicólogxs y terapeutas. ¿Qué encontrarás? Recursos para regular el sistema nervioso: tuyo y el de tus terapiadxs, herramientas corpoemocionales y dinámicas meditativas.
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