Seguimos entrando en guerra por el dilema, ‘Qué es mejor, ¿sexo con amor o sin amor?. Mi respuesta, que importancia tiene mientras lo disfrutemos y vivamos con total naturalidad. Mientras haya una relación con uno mismo y con quién elijamos de una manera sana. Ni somos peores ni mejores por decantarnos por alguna de las dos. Podríamos entrar en un debate eterno en el cual habrían argumentos tanto a favor como en contra para ambas decisiones. Como bien sabemos, cabe la posibilidad de estar un tiempo de flor en flor hasta querer sentar la cabeza, o no. Y mientras viajamos por el placer de conocer diferentes personas y relaciones, vamos probando sin ser conscientes, los diferentes tipos de amor. Van desde el amor platónico, amor romántico (el idealizado por las películas Disney) y el amor consumado o completo. Éste último definido en ‘el triángulo del amor’ de Stenberg. Amor compuesto por intimidad, pasión y compromiso.
De los cuales el que más olvidamos nombrar pero la vivimos constantemente, es la pasión. Podemos definirla como el estado intenso de deseo sexual, deseo de unión, sobretodo carnal, acompañado de una excitación psicológica (muy importante! El cerebro también es un músculo sexual que juega un papel significativo) hacia otra/s persona/s. Es un ingrediente que hace saltar la chispa entre las personas la cual en muchas ocasiones nos ciega. Entonces podríamos llamar a este acontecimiento, amor ciego. Cuando nos dejamos llevar por lo carnal sin gestionar, por el deseo sin frenos, al final y al cabo podremos sufrir. Todo en exceso por muy agradable que nos resulte, también puede ser perjudicial. Opino que todo placer debe ser gestionado dentro de lo saludable, dosificando y no atropellando.
Un inconveniente de la pasión mal gestionada es cuando esta sensación o estado ya deja de tener fuerza. Empezamos a ver a la otra persona tal y como es, es decir, comenzamos a ver defectos y menos virtudes que entran en conflicto con nosotros mismos. En cambio si la pasión la gestionamos y la dosificamos, éstos mismo defectos los veremos desde un principio (o casi al comienzo) de una manera mas natural y menos conflictiva. A esto también podemos llamarlo, el encaprichamiento, enamoramiento, que padecemos justo cuando conocemos una persona, puede acabar de dos maneras, pasado los meses no queremos saber nada de esa persona o bien se convierte en nuestra pareja.
No nos olvidemos de gestionar! De la naturalidad! Y sobretodo de saber qué es lo que queremos en cada etapa o momento de nuestra vida!